El Refugio
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El Refugio

¡Hola chicos! ¡Aquí está la tercera parte de mi novela, disfrutad! :) PD: Colaboración de el Administrador empollONE ;)

Third Chapter: Vestigios del pasado

Bueno, aquí estoy, en un pequeño asentamiento cerca de Novac. La anciana que mejoró mi Armadura me contó su historia en sus tiempos mozos. Yo en realidad ponía cara de atento, pero no es escuchaba una mierda. Ni me importaba, vamos. Le tenía mérito únicamente porque me ha mejorado mi armadura, nada más. A los 4 minutos luego de escuchar sus aburridas historias de viejos, miré mi equipo y me di cuenta que me faltaba algo de agua potable.

Amablemente le pedí a la anciana, que se llamaba Daisy, me dio dos botellas de agua de un cuarto de litro a cambio de 25 chapas, no sé porqué me la dio tan barata, pero sería porque me consideraba algo más cercano a un nieto.... En fin, yo estaba beneficiándome de la pobre anciana y ella preocupándose por mi. Joder, pues claro, era normal en mí ir a mi bola y pensar en mí mismo... Me despedí de Daisy y le prometí que algún dia vendría de visita y charlar. Salí por la puerta de la cabaña, hizo un sonido horrible, y miré mi reloj. Eran las 4 de la tarde, hora perfecta para salir al Refugio 22.

-¡Espera hijo!

Me dijo.Daisy a altas voces.

-¿Qué pasa?

Respondí.

-Toma esta pequeña radio, te servirá para que no te aburras en tus largas caminatas en busca de carroña, ah, ¡y mucha suerte!

Me alegré muchísimo, nunca había tenido uno de esos chismes portátiles y ahora estoy más entretenido. La despedí con dos besos, y encendí la radio. Nada más habían dos emisoras, la emisora New Vegas y Mojave Music Radio, o eso era lo que ponía. Puse la de New Vegas y escuché a un idiota hablar sobre cosas de que la gente lo quería y se enorgullecía de eso. No soportaba escuchar a ese gilipollas, pero por lo menos ponía música de la que me gusta mucho. Comprobé mi fusil de servicio, y se encasquilló. ¡BIEN, DE PUTA MADRE!. Joder, no tenía un kit de reparación y ya estaba lejos de Novac, así que lo único que me quedaba era joderme y esperar Bueno, luego de unos 6 minutos caminando y matando, vi que había otra emisora que se llamaba 'Lobo Solitario'. Me llamó la atención porque nada más se escuchaba un ruido molesto, hasta que fui caminando poco a poco de norte a sur, y de este a oeste. Al noroeste se escuchaba más claramente, así que continué en la dirección apropiada. Más adelante, nada, 1 minuto caminando jodidamente lento, me encontré una pequeña caravana con un esqueleto sucio.

Pobre imbécil, no había sobrevivido. La caravana pequeña habían pequeñas estaciones de radio rota, y llena de chatarra inservible. Entre todo ese montón de mierda, (por cierto, qué asco, mover ese esquelto apestoso me dieron ganas de vomitar la tortilla del Yermo de la anciana Daisy). Encontré un libro con un cráneo en su portada. Uhh, qué miedo... Con grandes letras decía: La guía de superviencia del Yermo. Me quedé un poco... como decirlo... ¿cabizbajo?. Vamos, que yo sepa de yermos hay muchos, pero el yermo yermo es el del área de Washington. Bueno, no le di importancia, lo guardé en mi bolsa (como mucha de la mierda que suelo recoger) y seguí el camino hacia el Refugio 22. A las 4 horas más, después de encontrarme a gente que agonizaba por beber agua, pequeños tochomosca, escorpiones de Arizona... Llegué hacia al cartel del Refugio 22. Se había hecho de noche, y como que no tengo huevos de pasar por la noche. Con mi kit de acampada que tenía de antes, me hice una tienda de campaña, cené y dormí a lo alto de la colina. Cuando desperté cogí un poco de raíz de xandria que había cerca, y también un poco de flores broquia para poder fabricar estims. Bueno, hora de la verdad, ¡a carroñar!.

Bajé de la colina. 8:36 de la mañana. El sol me calentaba con sus rayos. Comprobé mi pistola de 9mm, todo genial. Me abroché las botas de mi armadura, cogí mi mochila y tenía todo. Decidido a entrar, ignorando el cartel que ponía "Cuidado, las plantas matan!" vamos, prefiero arriesgarme y pasarme esa advertencia por los cojones, como siempre. De lejos, unos pequeños gigantes mantis se intentaban camuflar, pero como se creen que se camuflan los muy zopencos, me los cargué con pocos tiros de mi fiel pistola. Estaba delante del portón de acero forjado, envuelto en plantas, al igual que el exterior del refugio. No me hizo ni falta abrirlo, estaba abierto a medias, y pasé en medio.

Estoy dentro, joder, ¡dentro! a saber la de amenazas que me esperan. Olía raro, algo así como a humo, cada vez que me iba al fondo del ascensor olía peor. Lo reparé, porque sabía de reparación, y me fui a las zonas comunes, el piloto se encendió de verde (era táctil, tecnología de antes de la guerra que era de la buena). Bueno, al menos no están los gilipollas de la HdA que la iban a quitar. Joder, he vuelto a pensar en esos cabrones, ya me están atormentando, en fin... bajé y abrí la puerta, terminé con las pocas amenazas que habían, forzé una puerta y... dios... ¿pero qué coño? JODER JODER. UN CAZADOR! Y encima cerca había una planta carnívora, o lo que fuera esa mierda de color verde. Me cubrí, cerca de una de las habitaciones, miré en un armario y ¡voilá! munición de 9mm, me iba de perlas, disparé sin mirar y acerté en una de las alas de ese bicho mugriento. La planta carnívora hizo el resto, cuando estaba distraída comiéndose el Cazador, le pegué cuatro tiros y se fue a criar malvas. ¡BIEN! por otra vez, he salido airoso. Fui carroñando munición y monos del Refugio 22 que podía vender por el Yermo del Mojave. Luego de coger todo lo que pude, salí de la puerta del refugio cagando leches. Me fui, cerca del refugio 22 había un sitio que se llamaba Westside, era muy pobre, habían vagabundos por doquier y conseguí hospedaje en Casa Madrid, de nuevo. Dormí, y me olvidé del mundo...

En fin, este es mi tercer día usando este libro... no sé si me acaba de gustar redactar mis historias que no le importa a nadie, pero me gusta y es lo que cuenta.

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