Año: 2077 es un holodisco en el complemento Honest Hearts de Fallout: New Vegas.
Localización[]
El holodisco se añade al Pip-Boy del jugador después de leer la entrada Año 2077. en el terminal de Randall Clark en la cueva de Roca Caída.
Transcripción[]
28 de octubre
Cinco días a pie. Sigo sin poder dormir.
Fuera, es como si nada hubiera pasado. Lo único que no está como siempre es el cielo.
¿Podré llegar hasta el camión volcado de la Guardia Nacional que había cerca de Toquerville? Cuando se me curen las ampollas, quién sabe...
Parece como si el Servicio Geológico de los EE.UU. hubiera estado realizando alguna investigación aquí en la cueva. Se ve que se fueron al caer las bombas y dejaron aquí toda clase de equipamiento. Probablemente pensaron que tenían familias con las que reunirse.
29 de octubre
Char... Seguramente he repetido tu nombre en alto miles de veces mientras caminaba por aquí. Tal vez, si pruebo a escribirlo, consiga que me oigas.
Qué razón tenías...
Estaba al norte de Spanish Fork. Tomé la 77 bordeando Provo Bay para evitar la ciudad. Habría llegado a casa en cuestión de una hora. Se me paró el motor y la camioneta, simplemente, se detuvo. A un Chryslus en el otro carril le pasó exactamente lo mismo. Lo supe al momento.
La primera bomba cayó sobre Salt Lake City en menos de un minuto. Yo estaba mirando hacia el sur... ¡Y menos mal! El resplandor que vi detrás de mí era tan intenso que parecía que el mundo entero estaba en llamas. La pareja de ancianos del Chryslus empezó a gritar. No podían ver nada...
No te vi morir, Char. Por suerte, no te vi morir... En los 7 minutos siguientes llegué a contar otros 12 resplandores. Y, 18 segundos después de cada uno, temblaba la tierra.
Cuando llevaba media hora sin notar nada, salí a echar un vistazo. Había una enorme bola de fuego donde Alex y tú moristeis. No podía creer lo que veía.
No sabía qué hacer. Cogí mi mochila y mi rifle.
Me encargué de la pareja mayor. Los saqué del coche, dejé que se abrazaran y se consolaran y les dije que los ayudaría; que todo iba a salir bien. El remedio fue instantáneo: de una bala atravesé las dos cabezas.
Caminata de cinco días hacia Zion.
Siempre me lo decías. Deberías dejar de andar por ahí. Un hombre como tú debería estar con su familia...
Cuánta razón tenías... Cuánta razón... ¡Dios mío! No estuve ahí para abrazaros a ti y a mi niño. Moristeis sin mí. Ya nunca podré volver a acariciaros a ninguno de los dos.
Debería pegarme un tiro. Es lo único que merezco.
Pero no puedo. Tal vez pronto reúna el valor.
31 de octubre
Fuera está cayendo una lluvia negra. El contador Geiger se dispara... Debería dejar que me matara, pero, en lugar de eso, me pongo a embotellar agua en la parte interior de la cueva.
2 de noviembre
En el exterior todo parece tranquilo, pero no puedo mirar. El contador Geiger indica niveles letales a menos de 5 metros de la entrada de la cueva.
La cosa es bien sencilla: o baja la radiación antes de que se me acabe el agua o jamás saldré de esta cueva.
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